“No basta con Ser Creyente. Hay que ser Creíble”.
PEDRO CASALDÁLIGA
Por el Rvdo. P. Francisco Guzmán, Rector de la Parroquia Ayudada La Ascensión
Lo que comenzó con un sueño o una idea evangelizadora de llevar a Jesús a los demás fue contagiado por el espíritu de servicio y de compromiso con los más pobres y desposeídos del sector de Barahona. Así nace la presencia de los Episcopales en el municipio de Morovis 1922-2022 ininterrumpidamente. La Iglesia se ha caracterizado por vivir su fe y el evangelio de forma dinámica, transformadora y creativa, respondiendo a los desafíos del mundo moderno. Una feligresía que ha vivido un cristianismo donde lo cotidiano y ordinario se convirtió en algo extraordinario, haciendo posible ver a Jesús en la comunidad y en la diversidad. Es lo que celebramos hoy en estos cien años. Una Iglesia que se hace familia y una familia que se hace Iglesia. Es tiempo de gozo, de confianza donde la misericordia y el amor de Dios han abierto caminos en tiempos difíciles y siguen guiándonos a nuevos horizontes de vivir la fe y ser Iglesia. “Pocas cosas hemos hecho”, decía San Francisco de Asís. Muchas cosas quedan por hacer aún.
La pasión por la vida, por Jesús y por seguir sus huellas, hoy nos empuja a seguir adelante construyendo el futuro y emprendiendo caminos nuevos que nos lleven al encuentro con los necesitados y los marginados de hoy. Es vital para nosotros y para consolidar la vocación a la que hemos sido llamados, estar presentes en el campo de los sufrimientos de quienes han perdido el sentido de la vida y se preguntan cómo es que de la cruz sigue manando sangre si ya se han oído las campanas de la Pascua. Hoy, más que nunca, no basta con ser creyente, hay que ser creíble, como nos dice el poeta Casáldaliga.
El reto de la comunidad de la Ascensión es que cada día podamos vivir a la manera de Jesús y que Él nos llene de su alegría, de su amor y de su compasión en cada cosa que realicemos. No caminamos solos, Jesús camina a nuestro lado. Para así poder responder a los desafíos de la vida con alegría, con gozo y confianza. Hoy se renueva nuestra fe y nuestro amor y nuestro compromiso con el Evangelio. El pueblo se hace Iglesia y la Iglesia se hace Pueblo. Damos gracias a Dios por muchos hombres y mujeres que han pasado por este templo y han vivido desde Dios y para Dios.
Que podamos seguir contrayendo Comunidad y que el Dios Trinitario nos acompañe siempre. Bendiciones.